miércoles, 11 de junio de 2008

La Declaración de Hiroshima:La Juventud Religiosa opta por la Esperanza y la Toma de Acción

La Declaración de Hiroshima:
La Juventud Religiosa opta por la Esperanza y la Toma de Acción


Optamos por la esperanza porque es el único camino para seguir adelante.

Un hibakusha* en Hiroshima, quien alguna vez sintió una fuerte ira por el dolor que le causaron, ahora reconoce que el odio nunca destruye al odio. Por el contrario, él difundió el mensaje de que incluso bajo las circunstancias más difíciles no debemos olvidar abrir nuestro corazón hacia los demás.

Este es uno de los mensajes que escuchamos durante la Asamblea Mundial de Jóvenes de Religiones por la Paz en Hiroshima, Japón; que tuvo lugar desde el 21 al 24 de agosto de 2006. Escuchamos también historias individuales y personales de nuestros pares que nos hacen un llamado a la esperanza y a la acción.

Hemos escuchado a los que eliminan barreras religiosas que antes se consideraban muy amplias, a jóvenes líderes que utilizan los espacios y comunidades religiosas para construir la paz.

Hemos oído las historias de aquellos que pudieron vencer su odio y su sed de venganza incluso después de haber perdido a sus familias y seres queridos por la violencia. Nos inspiramos en nuestros pares que siguieron dedicados a promover el diálogo y la acción común basada en el respeto, el entendimiento y la igualdad, incluso luego de enfrentar innumerables obstáculos.

Hemos compartido historias de acción: sobre cómo desafiar las representaciones que hacen los medios de comunicación local y nacional acerca de las comunidades religiosas, sobre cómo alcanzar la cooperación multi-religiosa durante los desastres naturales, sobre cómo hacer declaraciones de paz visibles en comunidades al borde del conflicto, entre otros temas.

Nosotros, los delegados de la Asamblea Mundial de Jóvenes de Religiones por la Paz, representando a las comunidades budistas, cristianas, hindúes, indígenas, jainistas, musulmanas, sintoístas, sikh, y zoroastristas, y a otros participantes de la acción inter-religiosa escuchamos estas historias de esperanza durante nuestras reuniones. Vinimos a Japón para desarrollar estrategias regionales y globales para movilizar a la juventud religiosa a fin de confrontar la violencia y fomentar la seguridad compartida, conectarnos con nuestros pares de diferentes regiones y comunidades religiosas, y unirnos al movimiento de Religiones por la Paz. Reconocemos que como jóvenes religiosos tenemos la capacidad de vencer los desafíos que enfrentamos al optar por la esperanza. Inspirados por el espíritu indomable que vimos en Hiroshima y las experiencias de nuestros pares, nos dedicamos a desarrollar una red mundial de jóvenes religiosos.

Preocupaciones y Desafíos
A nosotros, como jóvenes religiosos, nos preocupa el hecho de que estos mensajes de esperanza y superación de desafíos no se hayan difundido en todo el mundo. El conflicto y la violencia siguen existiendo: guerras, pobreza, injusticia social, expansión de enfermedades, degradación ambiental. En las zonas de crisis de todo el mundo hay mucho trabajo por hacer.

Atribuimos estos desafíos a un inadecuado conocimiento y toma de conciencia, a la falta de respeto mutuo ante la diversidad, y a la incapacidad de tratar a cada persona con dignidad. El resultado es tensión, violencia y destrucción.

Nuestra preocupación se extiende a todas las formas de violencia, incluyendo los ataques verbales y las prácticas discriminatorias, las violaciones de los derechos humanos por personas e instituciones, y toda clase de conflictos callejeros y territoriales.

Muy a menudo, la religión es mal utilizada para perpetrar actos violentos. Además, la representación negativa de la religión, respaldada por los medios de comunicación sensacionalistas, destaca uno de los desafíos que nosotros, los jóvenes religiosos, debemos abordar ahora.

No podemos realizar nuestro trabajo de manera aislada. Debemos trabajar dentro de las estructuras existentes, y junto con instituciones establecidas para lograr un impacto duradero. Nuestra perspectiva y recursos especiales como jóvenes pueden también fortalecer estas instituciones.


Tomando Acción
La Asamblea Mundial de Jóvenes es un foro donde se hace más que hablar y escuchar. Estamos comprometidos a desarrollar un plan de acción sostenible en cada una de nuestras redes regionales y a nivel mundial. Nuestro éxito inicial muestra que este proceso funciona y puede ser sostenible.

Después de las conferencias juveniles regionales realizadas como preparación para la Asamblea Mundial de Jóvenes, los delegados continuaron su interacción para desarrollar relaciones, aprovechando el Internet como herramienta de comunicación. Se probó que este nivel de interacción es valioso cuando el Comité Internacional de la Juventud de Religiones por la Paz lanzó un llamado urgente para detener la violencia vertiginosa en el Líbano y en todo el Medio Oriente. En poco tiempo, se recogieron 10,000 mensajes de paz por medio de nuestras redes electrónicas.

Objetivos
Aprovechamos los recursos espirituales de nuestras tradiciones religiosas y recurrimos los unos a los otros para obtener la fortaleza de continuar con nuestro trabajo. Basándonos en las discusiones realizadas en esta Asamblea, buscamos lograr los siguientes objetivos generales y elementos de acción específicos:

1. Desarrollar y fortalecer redes inter-religiosas regionales que sean representativas y orientadas a la acción en África, Asia y Oceanía, Europa, Latinoamérica y el Caribe, el Medio Oriente, y Norteamérica.
Crear alianzas entre las comunidades religiosas de estas regiones.
Asociarnos con las iniciativas existentes para fomentar la cooperación multi-religiosa.
2. Emprender acciones concretas para transformar el conflicto, construir la paz y fomentar el desarrollo sostenible de nuestras regiones y el mundo.
Crear espacios compartidos en nuestras comunidades, tales como jardines de paz.
Cuestionar a los medios de comunicación cuando estos promuevan estereotipos y prejuicios religiosos y recomendar una difusión de información más equilibrada.
3. Mejorar la comunicación en toda nuestra red mundial de la juventud.
Crear mecanismos para brindar información tales como un sitio web internacional o un e-mail grupal.
Desarrollar foros para que la juventud religiosa se reúna a nivel local, regional e internacional.
4. Integrar a la juventud en los programas de Religiones por la Paz.
Organizar reuniones entre los líderes de las redes juveniles y los consejos inter-religiosos y los grupos de cada región a fin de desarrollar planes de cooperación.
Hacer hincapié en la importancia de la perspectiva juvenil en el trabajo actual de Religiones por la Paz.
5. Empoderar al Comité Internacional de la Juventud (CIJ).
Hacer un llamado al CIJ para trabajar con las redes regionales a fin de facilitar la participación en un día internacional por la paz que unifique a la juventud religiosa.
Desarrollar un mecanismo para que el CIJ apoye a las redes regionales en sus esfuerzos individuales así como fomentar la cooperación entre ellos.

6. Vincularse con los departamentos juveniles de las organizaciones no gubernamentales que tengan objetivos similares a los de Religiones por la Paz.
Identificar a las organizaciones apropiadas con las cuales trabajar y a los contactos específicos dentro de ellas.
Organizar reuniones entre los líderes juveniles regionales y los departamentos de jóvenes de estas organizaciones.

Llamados a la Acción

Reconociendo el importante rol que los líderes religiosos desempeñan al abordar los problemas morales, espirituales y sociales; recurrimos a ellos para llegar a la juventud y escuchar las perspectivas únicas que ellos proporcionan para confrontar la violencia y fomentar la seguridad compartida.

Además alentamos a que los líderes religiosos de todos los niveles se involucren de manera constructiva en iniciativas inter-religiosas y en promover activamente el diálogo entre sus comunidades.

Exhortamos a los gobiernos a reconocer el importante rol que desempeñan las religiones en la esfera pública y a empoderar las iniciativas cuyo objetivo sea la acción multi-religiosa por el bien común.

Reconocemos que los medios de comunicación son uno de los actores sociales más importantes ya que no sólo representan al mundo a través de la difusión de información, sino que también lo crean de manera activa. Es por eso que hacemos un llamado a los medios de comunicación para proporcionar una difusión de información equilibrada sobre las religiones y para desafiar con coraje los estereotipos y prejuicios religiosos.

Hacemos un llamado a los líderes de Religiones por la Paz para que apoyen y faciliten las redes juveniles inter-religiosas a fin de que fomenten su trabajo multifacético, y para que continúen brindando los mecanismos para compartir las mejores prácticas para la construcción de la paz inter-religiosa y la transformación del conflicto.

Hacemos un llamado al Comité Internacional de la Juventud para apoyar las redes regionales en el fomento de sus objetivos a corto y largo plazo y para desarrollar programas internacionales y acciones concretas que aborden las preocupaciones globales de la juventud de Religiones por la Paz.

Asimismo, hacemos un llamado al CIJ para que escuche y responda las inquietudes de la red mundial y para que trabaje estrechamente con los órganos rectores de Religiones por la Paz a fin de definir claramente el rol del CIJ y los mecanismos mediante los que operará.

Expresamos nuestra profunda preocupación por la juventud mundial que se ve personalmente afectada por la violencia y hacemos un llamado a todos los jóvenes para trabajar por la paz.

Finalmente, hacemos un llamado a las demás personas, organizaciones e instituciones que comparten nuestras inquietudes para que se unan a estos esfuerzos e integren estos temas en su agenda.

Optamos por la esperanza.
* Sobreviviente de la bomba atómica.

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